sábado, 17 de agosto de 2019

MUEBLES Y ARTESANOS EN EL RENACIMIENTO


RENACIMIENTO ITALIANO: El mueble-escultura

A partir del perfeccionamiento del acero el uso de la talla como elemento decorativo para el mobiliario en madera desnuda -esto es, sin dorar o policromar- se dispara durante el Renacimiento, me refiero aquí solamente al Renacimiento Italiano porque el virtuosismo de sus tallas y muebles escultóreos reflejan inmejorablemente la importancia que el oficio de entallador adquiere a partir de esta época en toda Europa. En el mobiliario se reproducen los motivos ornamentales hallados en las ruinas de la antigua Roma: capiteles corintios, mascarones, ovas, dentículos, hojas de acanto, roleos, esculturas, trapezóforos que sirven de sustento a planos de apoyo de pequeñas mesas y altorrelieves en los que se reproducen escudos nobiliarios y héroes de la antigüedad hasta que todo el mueble aparece como una escultura a imitación de los monumentos arquitectónicos del Imperio Romano.
Durante el Renacimiento adquieren gran relevancia las molduras de distintos grosores que se tallan habitualmente sobre las maderas macizas de arcas, mesas, credencias, armarios y sillas dándole una riqueza complementaria al conjunto del mueble. Casi todo el trabajo del tallista se ejecuta sobre los tablones de madera maciza que van a formar el mueble. No olvidemos que todavía no ha llegado la era Industrial y entonces los constructores de mobiliario podían seleccionar en los bosques próximos los ejemplares de árboles más aptos para ser talados en el momento en que su actividad biológica es más lenta y, por lo tanto, la madera tenía menos savia circulando –es decir, menos humedad- con lo cual podían conseguir un secado de los tablones más resistente al agrietado y alabeos, curvaturas y revirados además de resultar éstos menos propensos a los ataques de insectos xilófagos, maderas éstas que hoy en día son casi imposibles de conseguir ya que la tala se efectúa en cualquier época del año.
A este respecto tengo una anécdota que relatar cuando durante unas clases de talla se acercaron a mi varios alumnos durante un ejercicio que realizaban sobre piezas de castaño enseñándome sus manos teñidas de marrón-azulado y quejándose de que la madera se rompía en astillas a pesar de que sus gubias estaban perfectamente afiladas, les tuve que decir que dejasen el ejercicio ya que el marrón oscuro de sus manos era causado por el tanino contenido en la fibra húmeda del castaño recién talado por eso también se astillaba y era imposible tallarlo en esas condiciones. Esto sucedía en el mes de Junio, cuando el árbol se encuentra en plena actividad biológica desarrollando nuevos brotes y hojas, cosa que no ocurría en la época que estamos estudiando, cuando todavía podían encontrar árboles desarrollados hasta alcanzar el grosor suficiente para conseguir tablones con los que construir arcas y tableros de apoyo de mesas y credencias con la anchura suficiente para evitar en lo posible los ensambles de tablones a fin de lograr la anchura deseada.
Una vez concluido el secado de los tablones, proceso que podía durar varios años dependiendo de su grosor, los carpinteros y tallistas podían realizar con toda garantía su trabajo sabiendo que aquellas maderas iban a devolverles con su belleza todos los esfuerzos creativos que invertían en ellas. Se hacían también aparte pequeñas piezas de adorno y molduras que luego eran aplicadas sobre el lugar elegido encolándolas con colas animales y sujetándolas a veces con finos clavos hechos de la misma madera. Durante el Renacimiento Italiano el nogal fue la especie leñosa preferida para construir mobiliario no solamente por su magnífica respuesta al tallado sino por su amplia veta oscura y grano compacto cuyas partes lisas, como los tableros de las mesas, daban al mueble un aspecto señorial y elegante después del pulido y los acabados protectores.

BARROCO, ROCOCO Y NEOCLASICISMO, (1.660-1792 aprox.): Las tallas doradas y los bronces.

En este período se extiende un nuevo gusto en la Europa de los regímenes totalitarios y tiene una gran acogida en los Estados Pontificios y en la Francia del Rey Luis XIV -conocido también con el sobrenombre de “El Rey Sol”-. El mobiliario tallado de Luis XIV y Luis XV es, preferentemente, decorado con lámina de pan de oro aunque también se realizan relevantes obras en madera desnuda de nogal, caoba y ébano durante el período que nos ocupa. Los muebles decorados con marqueterías se adornan también con magníficos bronces que pasan a formar parte casi imprescindible de la decoración de los estilos Luis XIV, Luis XV y Luis XVI.
El uso de los bronces sobredorados como elemento decorativo en la mayor parte del mobiliario podría hacer pensar que la extinción del oficio de tallista ha llegado, siendo sustituido por los fundidores de bronce en su tarea de realizar adornos y esculturas, pero nada más lejos de la realidad ya que la generalización del nuevo gusto donde el dorado es preeminente requiere todavía una mayor destreza en los tallistas que deben realizar los moldes para fundir, con la técnica del “moldeo en arena”, el bronce destinado a los adornos de reverso plano como manijas, bocallaves, zuecos, molduras y cenefas y “a la cera perdida” se funden los elementos más refinados como las esculturas. El rey francés Luis XVI fue un gran admirador de los artistas que realizaban los bronces y tuvo en el palacio de Versailles un pequeño taller para uso personal en el que se dedicaba muchas horas a dicha actividad. Se llegó a decir de él que hubiese preferido ser artesano y no rey.
En su libro “Meuble et Artisanat” Claude Bouzin nos dice “ ...El arte del escultor alcanza su apogeo a finales del S.XIV. El escultor seguirá después las evoluciones estilísticas y dará forma a la madera de acuerdo con los proyectos concebidos por los ornamentistas y decoradores.
Hasta finales del S.XVIII, la talla será la técnica de decoración más practicada para los muebles de carpintería y estará también presente en los muebles de ebanistería por el cambio que se produce hacia la ornamentación en bronce que enriquece este mobiliario. Estos bronces provienen, efectivamente, de la talla, de los modelos necesarios para su fundición que son obra del escultor y no del ebanista....
En la traducción del texto francés del libro más arriba citado se han utilizado indistintamente los términos escultura y talla aunque en el texto francés se utiliza solamente escultor y escultura –sculpteur, sculpture- para referirse a la actividad del tallista, aunque en nuestro idioma se entiende que el escultor de dedica a la escultura monumental o de figuras y el entallador o tallista a la ornamental.
Otro tanto ocurre con los oficios dedicados a la fabricación de mobiliario ya que en la Francia de los años que nos ocupan había una clara distinción gremial entre los menuisiers- carpinteros que hacían muebles en madera maciza, habitualmente tallados (esculpidos) y los ébénistes, que realizaban muebles chapeados, es decir, recubiertos con chapas de materiales muy diversos como maderas, latón, cobre, piedras duras etc...A estos últimos se les surtía de maderas más preciadas, éssences, como el ébano- de ahí su nombre- y otras muchas como el palosanto, palo rosa, la madera violeta y otras maderas raras o de importación. En España el menuisier es el carpintero que trabaja en su taller- carpintero blanco o de taller- y se dedica a la fabricación de mobiliario aunque el término carpintero nos resulta hoy más asimilable al carpintero de armar o de obra - charpentier en francés- que trabaja en la construcción de los edificios, no existiendo en España una palabra diferenciadora que distinga a ambos carpinteros como ocurre en Francia, país del que hemos adoptado el término ebanista para distinguir a los artesanos que construyen muebles, sin precisar si éstos son macizos y tallados o bien chapeados con marqueterías diversas. Se han hecho estas aclaraciones con el fin de que puedan comprenderse mejor los términos empleados en esta exposición.
En l664 se instaló en Francia, a requerimiento del Cardenal Mazarino tutor del futuro Luis XIV, el carpintero-escultor (menuisier-sculpteur) italiano Filippo Caffieri (l674-1716) patriarca de una dinastía de escultores-broncistas requeridos en toda Francia por los más importantes ebanistas. Filippo se ganó la admiración del famoso ebanista del Rey Sol, André Charles Boulle, por sus trabajos en colaboración con el también escultor, mosaísta, ebanista y broncista Domenico Cucci quien llegó a Francia a la vez que él y también a requerimiento de Mazarino. Su nieto Jacques, (Paris 1725-1792) fue escultor y broncista-cincelador siendo su obra de tal perfección que recibió el Gran premio de escultura en 1748. Esta dinastía Caffieri trabajó en la factoría de los Gobelinos donde se realizaban los muebles para la Casa Real francesa.
Aparte de esta función de los tallistas como colaboradores de los broncistas, en este período se realizaron sobre todo espléndidos muebles y marcos para espejos tallados con gran profusión de motivos vegetales, cenefas-, “puttis” -angelotes-, conchas, abanicos y esculturas, la mayoría de ellos destinados a ser dorados con lámina de oro. En la época del estilo Rococó –Luis XV- se puso especialmente de moda un diseño de líneas muy movidas llamado á rocaille- de rocallas- que no solamente se realizó en bronces para adornar los muebles sino también en molduras de madera tallada y dorada con pande oro que se aplicaban posteriormente sobre los paneles de madera lacada, llamados boiseries, que decoraban las paredes en los salones más lujosos y con el fin de resaltar y enmarcar las maravillosas lacas del periodo Luis XV., un bellísimo ejemplo de las cuales se encuentra en el Palacio Real de Turín (Italia) en el “Gabinete Chino” (l732-36) diseñado por el arquitecto Filippo Juvarra . Esas molduras talladas á rocaille también se utilizaban para embellecer espejos y muebles.
Los tallistas van teniendo a su disposición gubias rectas y curvas con formas cada vez más complejas llegando a disponer en su banco de trabajo de más de cien modelos diferentes de estas herramientas lo cual les capacitó para llevar a cabo verdaderas obras de arte en mobiliario como el monumental espejo barroco del Palazzo Rosso de Génova atribuido al tallista genovés Filippo Parodi (l630-l702) también autor de dos candelabros - escultura del Palacio Cambiaso Giustiniani en la misma ciudad italiana.
Numerosos artistas se dedicaron a realizar diseños de inspiración vegetal ricamente complejos que después los tallistas ejecutaban para decorar mobiliario de todo tipo: espejos, candelabros, consolas, escritorios, asientos y poltronas, armarios y vitrinas etc. Aquí empiezan a tener nombre propio algunos de ellos, como el tallista británico Grinling Gibbons –Rotterdam 1648-Londres 1721-,el escultor genovés Filippo Parodi ya citado, su aprendiz y posteriormente destacado escultor Andrea Brustolon –Belluno-Italia 1662-1732-, los británicos James Moore-1708-1726-, el ebanista y diseñador Thomas Chippendale –1718-l779- y John Linnel escultor que realizó tallas sobre diseños del arquitecto y diseñador Rober Adam –1728-1792- así como el grabador y arquitecto italiano Gian Battista Piranesi –Venecia 1720-Roma 1778- que contribuyó grandemente a difundir por Europa el gusto Neoclásico y cuyos diseños de increíble complejidad fueron realizados por hábiles tallistas del momento.
Para ejecutar estas obras que parecen estar suspendidas en el aire o trepar airosamente por los contornos consiguiendo relieves, volutas y racimos nunca antes vistos la obra ha de ser diseñada cuidadosamente con un plan de ejecución por secciones que van tallándose por separado para ser ensambladas después unas a otras según el plano del diseño encolándolas e insertando en las tallas de mayor volumen unos pernos o clavos, habitualmente hechos de madera, para conseguir mayor sujeción.
Podemos hacer una distinción entre los objetos que van a ser posteriormente dorados con lámina de oro y los que van a exhibir la madera desnuda mostrando sus vetas y textura natural. En el primer caso el tallista puede permitirse realizar diseños con gran profusión de volumetría ya que está utilizando las llamadas “maderas blandas” como el tilo y el aliso, entre otras, o las semiduras que facilitan enormemente la consecución de estos diseños. Para el mobiliario que no va a ser dorado con lámina de oro se sigue utilizando el nogal y se introducen el ébano o la caoba procedente de las colonias de ultramar para realizar tallas y molduras en muebles que aún hoy en día todos admiramos y codiciamos.

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